En una olla ponemos el agua y los frijoles. El cocimiento es lento, aproximadamente 3 horas, así que hay que tener paciencia. Prendemos el fuego y revisamos constantemente que no falte agua. En caso de faltar agua agregamos agua hirviendo, nunca agregaremos agua fría por que se endurecen los frijoles. Después de pasada 2 horas o cuando los frijoles ya estén tiernitos, agregamos la sal y cocinamos por 1 hora más. Una vez pasado ese tiempo, retiramos del fuego y reservamos.
En un cazo ponemos agua para hervir los chiles y dejamos que hierva. Desvenamos y quitamos las semillas a todos los chiles y una vez que esté hirviendo el agua, los metemos y retiramos del fuego. Dejamos reposando los chiles para que se hidraten. Una vez hidratados los licuamos junto con el tomate, el ajo, la cebolla y un poco de sal. Para licuarlos puedes agregar un poco del agua donde se hirvieron. Reservamos.
En una olla grande previamente calentada, derretimos la manteca. Una vez hecho esto agregamos los frijoles con un poco de su agua y los molemos bien. Una vez bien molidos agregamos la salsa de chiles. Mezclamos bien y listo.