En un recipiente pequeño disuelve el vinagre y la maicena. Mezcla bien hasta que no te queden grumos. En un cazo añade el caldo de pollo, el jugo del limón, la salsa de soja, el azúcar y la mezcla de vinagre y maicena. Calienta hasta que hierva y muévela para que no se pegue. Debes dejarla hervir hasta que espese un poco, pero no dejes que quede demasiado densa.
Sazona bien el pollo con sal por los dos lados. En un tazón aparte, agrega la harina, una pizca de sal y pimienta. Agrega un poco de cerveza y mezcla bien con un batidor de alambre. No agregues toda la cerveza, debes cuidar que la masa no te quede muy líquida. La consistencia debe ser parecida a la que se obtiene cuando hacemos hotcakes. Mezcla bien hasta que no te queden grumos y después agrega el huevo. Sigue mezclando.
Calienta bien el aceite en una sartén a fuego medio-alto. Es mejor que el aceite no esté muy caliente para que el pollo no se queme por fuera y este crudo por dentro. Cuando el aceite este bien caliente, sumerge el pollo en tempura y fríelo hasta que tome un color dorado. Coloca cada pieza en un plato con una servilleta, para que esta absorba el exceso de grasa.
Sirve en un plato las porciones de pollo y báñalas con la salsa de limón. Sírvelo con un poco de arroz o ensalada.